7 de Julio, 2012.
A casi 6 meses de estar viviendo en Surabaya, hay
momentos en que todo se detiene y me doy cuenta que estoy viviendo en Asia;
rodeado de una cultura muy diferente a la mía; donde el verano se prolonga 12 meses;
cruzo las calles extendiendo mi mano con omnipotencia y el tránsito me da el
paso. La casi inexistencia de aceras y semáforos; el verde intenso y sus
matices es una explosión visual que te abraza; la variedad de frutas
tropicales; los puestos de comida en la calle a centavos de dolar.
Surabaya tiene muchos malls desperdigados por toda la
ciudad. Hasta hoy la lista de los que visité: Plaza Delta, TP, Galaxy, Grand
City, Supermall, PTC, ITC y mi favorito que no entrá en la clasificación
occidental de “mall”, se llama Atom.
Pasar Atom (pasar significa Mercado) es un rejunte de dos
edificios de 4 cuatro pisos cada uno, el antiguo y el más reciente, basicamente
un mall para la gente local.
El primer día que lo visité me llevó Nonny, mi compañera
y amiga del trabajo con la finalidad de comprar materiales para las clases de moldería
y costura. La primera impresión fue la de estar en cualquier callecita del
Once, podría decir en Perón entre Azcuenaga y Pasteur (mi antiguo y recordado
barrio porteño). La mercería es un puesto ubicado sobre unos de los laterales del
edificio, sin puertas ni paredes, atendido por 2 señoras de unos cincuenta y
pico y una mujer más jóven. Al lado comienzan aparecer los puestos textiles con
lo básico - gabardina; denim; camiseros- la mayoría tejidos planos, y por
supuesto el orgullo local “BATIK”. En este tipo de tiendas la tela batik es estampada,
y como diría mi amigo Ghofar:
-“eso no es Batik”-
Ya adentrados en el laberinto de pasillos podemos
encontrar ropa para mujer, hombre y niños, puestos de modistos para ropa a
medida; utensillos de cocina; productos de belleza y limpieza; blanco; cuasi
ferreterias; mueblerías; confección de cortinados a medida; ópticas; varios
puestos de snacks locales y mi favorite los puestos de bolsos y carteras
imitación Gucci, Prada, Miu Miu, Chloe, Chanel, etc; etc; etc.
Cuanta felicidad siento al estar rodeado de esas carteras
que me fascina sacar el molde y poder recrearlas.
Subiendo los pisos podemos encontrar locales de ropa de
mejor calidad; vestidos para fiestas; de novia; sin olvidar la moda musulmana.
Ya en el cuarto piso se encuentran los puestos de celulares; IPOD; toda esa tecnología
que no me interesa mucho y sus respectivos estuches y todas las boludeces
juntas que puede producir el hombre. En este mismo piso esta el Food Court
donde en mi primera visita probe el Kwetan o algo parecido. Consiste en fideos
con “pork” rojo furioso sabor dulzón y trocitos de pollo. Que delicia tan poco
saludable como casi todas las comidas indonesas. Las culpables de mi aumento de
peso gradual y preocupante.
Como se diferencia el edificio Antiguo del Nuevo?
La respuesta es el aire acondicionado. En el sector
antiguo los pobres puesteros sufren el calor indonés, aún así están vestidos
con mangas largas y pantalón. Yo camino entre los pasillos moviendo mi cabeza
de izquierda a derecha; los ojos no me alcanzan para observar todo. Por esta
razón es que Atom merece mi visita, podríamos decir, asidua. Ahora que lo
pienso ya hace unas 2 o 3 semanas que no voy, y ate estoy extrañando!!
Uno de los hallazgos mas peculiares fue una tienda de
moda coreana muy girlie y romántica colmada de percheros abarrotados de
vestidos; faldas; saquitos Chanel; etc. Sector de stilettos en variedad de
colores. Mucho tul; gasa; crepe; satén; lurex; paillete. Claro esta que las
mujeres asiáticas aman el brillo y los dorados. Cuando digo “abarrotados” es
literal, tanto que algunas perchas caen al piso.
Atom tiene esta particularidad de encontrar las
necesidades básicas hasta los productos más sofisticados. La idea es saber combinarlos
y crear un estilo propio.
Será que Atom me recuerda al Once y por eso me siento a
gusto; caminar entre el caos y el bullicio en busca de esas pequeñas cosas que
solo se encuentran en mercados como estos.